La abundancia es inevitable. Sólo puede variar la forma en que esta se expresa, pues la abundancia puede venir en una gran variedad de maneras. Por lo tanto, es importante preguntarse ¿abundancia de qué?. Incluso si parece haber escasez en tu vida, entonces lo que hay es abundancia de escasez, de pensamientos de carencia, de sentimientos de frustración, etc. En consecuencia, es imposible que no haya abundancia de algo.
Aquello en lo que seas abundante, dependerá de lo que sea instruido con la palabra (que es el logos de los griegos, el verbo creador). La palabra es el comando que ordena, en el sentido de dar una orden y a su vez alude a la idea de poner orden. Ordena la forma en que la abundancia de ha de expresar.
Una definición que me gusta mucho de abundancia es la siguiente: la facultad o habilidad de hacer lo que necesitas hacer, cuando necesitas hacerlo. Punto.
En esta definición no hay ninguna alusión al dinero, aunque este es ciertamente una forma válida de representar una de las muchas formas en que la abundancia puede entrar en tu realidad.
De hecho, insistir en sólo una forma particular de abundancia puede, en efecto, ser un obstáculo a que ingrese en tu realidad aquello que más te conviene en determinado momento, es decir, algo que esté de acuerdo con el camino de la menor resistencia.
Recuerda que ya eres abundante, y que por ello no es necesario lograr abundancia, sino sintonizar con ella, como una cualidad inherente a tu existencia. A partir de esta consciencia, el siguiente paso consiste en elegir sentirse de manera acorde a este hecho. Si realmente creyeras que siempre tienes la facultad de hacer lo que necesitas, en el momento que lo necesitas, y si no hubiera una parte de tus sistema de creencias que esté abrigando una definición contraria, el sentimiento inevitable sería de paz, dicha y seguridad. Invocar este sentimiento es posible, y totalmente necesario para vivir conscientemente en amor y abundancia.
La gratitud facilita el acceso a este sentir, por ejemplo, haciendo un recuento y un reconocimiento de todo aquello por lo que puedes estar agradecido. Esto constituye una poderosa práctica que ayuda a tomar consciencia de los aspectos concretos en los que ya eres abundante, agradeciéndolo. De la teoría a la práctica: cada día en la mañana, dedica 3 minutos a esta práctica, y verás los efectos en tu apreciación general de la vida.